Ocurrió el 30 de septiembre de 1775 en Fuenlabrada. Aquel día, Eusebio Basanta de 20 años, soltero, gallego y guardia de viñas, denunció la agresión con herida por parte del vecino Carlos Pérez, que había sido sorprendido robando uvas.
El cirujano del pueblo certificó herida contusa en la ceja izquierda producida por el golpe de palo o bastón. El alcalde Francisco González, ordenó abrir auto contra Carlos Pérez, de 28 años, soltero y pastor, que se presentó voluntariamente.
Una vez encarcelado, se le toma declaración y da una versión distinta: ante la amenaza del guarda, forcejea con él y le arrebata el palo con el que le hiere en legítima defensa.
Posteriormente, el 9 de octubre, el cirujano certifica que la herida de Eusebio está curada e inmediatamente se le pone en libertad al agresor, condenándole sólo al pago de las costas y dando aviso que se abstenga de semejantes excesos.
Por aquel entonces, Fuenlabrada contaba con un destacado porcentaje de viñedos y producción de vino. En las últimas décadas, se resumía en la actual zona de la Universidad Rey Juan Carlos, y que en el Catastro de 1944 aparece reflejado numerosos propietarios de viñedos así como su extensión.
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