En agosto de 1997, aparecieron en una obra del barrio de Loranca-Ciudad Jardín, restos arqueológicos pertenecientes a una tortuga gigante de la época del Mioceno. La perspicacia de un obrero que trabajaba en el vaciado de un solar, dio como resultado el descubrimiento de un caparazón fosilizado de una tortuga gigante perteneciente a la especie Cheirogaster bolivarde, de 2 metros de diámetro y que habitaron Fuenlabrada hace 15-20 millones de años.
Fue precisamente el obrero quien se percató de una veta de diferente color y textura que el resto del terreno. Los responsables de la obra se pusieron en contacto con el Ayuntamiento, que a la vez dio aviso al Museo de Ciencias Naturales. Poco tiempo después, tres paleontólogos examinaron los restos y confirmaron que se trataba de una tortuga gigante que presentaba seccionado la mitad de su caparazón por el efecto de la máquina.
Los técnicos analizaron el tipo de arena y situaron el hallazgo en la época del Mioceno, entre 10 o 20 millones de años atrás. No obstante, esta fauna dejó de existir en la tierra hace un millón de años y en Madrid es frecuente encontrar este tipo de restos.
(Pincha en la imagen para ampliarla) | Recreación de una tortuga gigante en la Plaza de España |
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