29 de marzo de 2023

El Imperio Romano en Fuenlabrada

La presencia de los romanos en la Península Ibérica, abarca desde el 218 a.C. hasta el año 476, fecha en la que los visigodos entran en Hispania y sustituirá su autoridad. Aunque Fuenlabrada fue fundada en la época de la Reconquista cristiana (hacia el año 1375), las aldeas de Loranca, y probablemente la de Fregacedos y Alúa, fueron testigos de la romanización.

El gran legado del Imperio Romano en nuestro término municipal, son las diversas calzadas romanas, algunas de ellas notables. El profesor y especialista arqueólogo Jesús Rodríguez Morales, en sus investigaciones, situó en nuestro término municipal las siguientes vías romanas: 

Via XXIV, de Segovia a Toledo, o carrera Toledana
La principal que conservamos es el denominado Cordel de la Carrera (Toledana), hoy en día Vía Pecuaria, pero que conserva su origen romano en el subsuelo con capas muy acordes a una calzada romana. Durante la construcción de la Radial 5, cortó el mencionado camino de 6,5 metros de ancho y albergaba dos capas: la primera de arena muy dura de unos 22 cm, y otros 23 centímetros debajo de arena, arcilla y zahorra de 1-10 cms. Además apareció un trozo de cerámica romana. 

Desde Fregacedos, salía un ramal al poblado romano de Móstoles y bifurcaba otro al poblado romano de Polvoranca. Éste último ramal, además comunicaba el camino del Castillo de Olmos a Madrid, ambas poblaciones recién fundadas en época musulmana. 

Esta carrera no sólo sirvió como vía de comunicación sino que separaba diferentes territorios poblacionales (durante décadas separó Segovia de Madrid) y curiosamente también de las vertientes de los ríos Guadarrama y Tajo.  

Tras pasar ambos ramales, se ubicaría a la derecha, el poblado de Alúa.

Vía Romana de Valencia a Ávila y Salamanca
Comunicaba Móstoles con Parla y Valdemoro, atravesando la aldea romana de Loranca (hoy en día camino de Parla). Hay otra fuente documental, que en vez de ir a Parla, pasaba por Pinto y después Valdemoro. Además, el lugar donde estuvo la aldea de Loranca, se conoce con el topónimo de La Estrada, del latín stratam (viam), único en la Comunidad de Madrid y significado del paso de vía antigua. 

Por si fuera poco, en las inmediaciones de Loranca se encontró dos testimonios interesantes. Una moneda del emperador Augusto procedente de la Ceca de Bilbilis (antigua Calatayud), de la que da fe de la existencia de relaciones comerciales con el valle del Ebro a comienzos del siglo I; y otra moneda de Galieno, datando la persistencia del poblamiento en el siglo III.

Sobre el nombre de Loranca, Jesús Rodríguez Morales indicó que vendría del hispanocelta Lauran(i)ca (la ciudad de los Laurani), siendo Laurum relacionado con laurix (gazapo) y que concuerda con el arroyo de las Gazaperas.

(Pincha en la imagen para ampliarla)

El fin Romano
En el año 476 llegan los visigodos a la Península, y su aportación a la zona será manteniendo las aldeas romanas. En Loranca llegaron a realizar enterramiento de los que en el año 2006 se encontraron cerca de 250 tumbas en formas de bañera, dando nombre al topónimo El Bañuelo. 

Para conocer nuevos datos cronológicos, tenemos que llegar a los años de la Reconquista. Hacia 1375, siendo ya aldeas cristianas, parte de los vecinos de Loranca y Fregacedos, y posteriormente Polvoranca, deciden fundar un nuevo núcleo urbano al lado de una fuente árabe y de un camino. Será así el nacimiento de Fuenlabrada en el histórico camino romano de Valencia a Ávila y Salamanca.

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